domingo, 7 de diciembre de 2008

LAS HUANQUITAS AGUADORAS SE AVIVAN


En un periodico cerreño de julio se lee:

"AGUADORAS.- No podemos silenciar las muchas quejas que recibimos a diario en contra de este gremio. Todos concuerdan con la misma denuncia; nos dicen que por cada tarro de agua cobran diez centavos y llevan solo a donde les da la gana. Ahora preguntamos: ¿Qué es lo que dejan las huanquitas para el bien local a cambio de la numerosas pesetas que se llevan a su pueblo?...¡NADA! vienen sin nada y se llevan, no una fortuna, pero sí su comodidad. y no somos los primeros en decir esto; año tras año la prensa habla y habla sin encontrar un padre del pueblo que detenga en su camino de especulaciones a estas bienaventuradas mujeres"

Otra plaga que siempre ha castigados al pueblo, es la de los "vagos". En la misma página denunciante LOS ANDES, dice:

"Tal es el número de vagos que pululan en la ciudad que se hacen temible a las sirvientas que deben cumplir con sus obligaciones haciendo mandados por las noches a quienes las acechan y les quitan lo que llevan o tiene puesto. la mayor parte de ellos se situa en las puertas de los hoteles y cafés siguiendo la pista a sus victima"
(CERRO DE PASCO. HISTORIA DEL PUEBLO MARTIR 1901-1913)CPA

viernes, 5 de diciembre de 2008

LA FUNDICION "SMELTER"


Cuando el 26 de febrero de 1902, los capitalistas norteamericanos fundaban en Nueva York la CERRO DE PASCO INVESTMENT COMPANY, no hacían sino seguir fielmente una ambiciosa planificación que se había iniciado con la compra masiva de la casi totalidad de las minas cerreñas en producción y el denuncio de considerables extensiones de terreno para el inicio del trabajo de otras. Ellos sabían que en el lapso de dos años, el ramal central ferrocarrilero de la Oroya- Cerro de Pasco, estaría concluido. Para ello, el 19 de septiembre de 1902, mediante Resolución Suprema el Gobierno aprobaba los planos y perfiles de los estudios definitivos presentados por la Cerro de Pasco Railway Company, iniciándose de inmediato el tendido de este importante ramal.
Los norteamericanos estaban conscientes de la necesidad de establecer una fundición cercana al emporio minero para el tratamiento de los minerales. Con este propósito contratan al especialista norteamericano Frank Klepetco a la sazón Gerente General de la AMALGAMATED COPPER MINING con el cargo de consultor y encargado del planeamiento y construcción de la planta metalúrgica. El diligente y brillante colaborador de este notable técnico fue, William Kennedy «hábil constructor de instalaciones metalúrgicas, encargado de ejecutar los planes de Frank Klepetco, con el material que le remitieron de Estados Unidos» («Informe Anual sobre la labor de la Comisión del Cerro de Pasco durante el año 1907»-Tip Nacional Pedro Berríos, 1908:08).
Con todos los poderes y facilidades a su alcance, Frank Klepetko, se echa a buscar un lugar adecuado para la edificación de la usina metalúrgica. La búsqueda es incesante y meticulosa. Se barajan nombre y dimensiones, se estudian las posibles ventajas y desventajas; por fin se deciden por las enormes extensiones de Tinyahuarco. Ubicado al sur del Cerro de Pasco, al N.O del viejo cerro de Puntaccmarca, colosal fortaleza pre-incaica, situada a 4,276 metros sobre el nivel del mar y al oeste del cerro de Unish, en la planicie de la meseta de Bombón éste sería la primera fundición de la Compañía.
Aquellos verdes pastizales colindantes con el Alto Perú donde pastaban abigarrados hatos de auquénidos, camélidos y ganado lanar, era, al comenzar el presente siglo, propiedad de doña Isabel Góngora de Durand que a su vez la había comprado a doña Dolores Matos.
Ya dueños de estos enormes campos verdes, Frank Klepetko precisó que la planta se edificaría en la falda de un cerro con el fin de utilizar la fuerza de gravedad de la caída. El mineral sería descargado en la parte superior y almacenado en enormes depósitos de donde iría directamente a los hornos ubicados en la parte inferior.
En 1903 ya bajo la dirección de Arthur Kennedy, se inicia la edificación de los talleres utilizando estructuras de acero, cobertura de calaminas y el sistema de unidades independientes, como los doce depósitos de mineral de 2,000 toneladas de capacidad cada uno, la fundición de moldeo, la bodega, la carpintería, el taller de moldeado y el laboratorio, para que llegado el momento y, de acuerdo a las necesidades, pudieran ser ampliados. Inmediatamente se procedió con gran celeridad a la instalación de las más gigantescas y sofisticadas maquinarias modernas para aquella época. Los hornos con cargador mecánico y la casi totalidad de las máquinas, tendrían control automático.


La fundición de Tinyahuarco o Smelter como la llamaban los norteamerica¬nos, comienza a trabajar intensa y definitivamente, en enero de 1907. Después de trece años, bajo la superintendencia sucesiva de M.Casey, Gomley, Shely y Hamilton, el 31 de diciembre de 1920, mediante una publicación a nivel nacional, se hace conocer que la producción ha sido de 660'990,000.oo libras de cobre de alta pureza; 45'900,000.oo onzas de plata y 193,000 onzas de oro.
Al cambiarse la fuerza del vapor por la energía eléctrica proveniente de la hidroeléctrica, en 1908, la potencia de la planta se duplica y la producción de carbón pasa a ser de 200 toneladas diarias para las minas y ferrocarriles, y 500 toneladas para el lavadero del carbón en la fundición. Aquel año, los hornos comienzan a trabajar 600 toneladas diarias de mineral. La producción se hace abundante y continua. Hombres de todos los confines del territorio vienen a ocupar los predios de Smelter que se ha convertido en una gigantesca fuente de trabajo.
Grúa eléctrica (Smelter, Cerro de Pasco)

Es necesario mencionar aquí, que si bien el trabajo metalúrgico de Smelter traía prosperidad económica a sus servidores, la acción letal de los humos de la fundición, por otro lado, mataba lentamente el verdor circundante de vegetación, tornándose en muerto y oscuro costrón sin vida. Los pastos fueron envenenándo¬se con la consiguiente muerte de los animales que los ingerían. Finalmente los campos quedaron eriazos e improductivos. Las perjudicadas comunidades aleda¬ñas protestaron en vano. Jamás les hicieron caso. El personero de la comunidad de Vicco, Filomeno Bernuy, decía en una denuncia presentada en 1940:
«Cuando funcionaba la fundición de Smelter, los humos malograron la mayor parte de nuestros pastales, que hasta hoy se han convertido en eriazos e improductivos sin que la Empresa nos haya indemnizado ni por los pastales malogrados ni menos por la enorme mortandad de nuestros ganados» (KAPSOLI, Wilfredo. LOS MOVIMIENTOS CAMPESINOS EN CERRO DE PASCO 1800-1963 Instituto de Estudios Andinos-Huancayo 1975.)

«Como explica el mencionado Ing Pedro Muñiz que estuvo por esos años recorriendo la zona en viaje de estudios: «los humos cargados de gas sulfuro¬so, en contacto con la humedad del aire se transformaba en ácido sulfúrico que depositándose sobre la vegetación, producía una acción corrosiva que llega a destruirla totalmente. Además los humos calientes arrasan en suspen¬sión polvos y partículas sólidas de acción tóxicas, como arsénico, antimonio, etc que, posteriormente por enfriamiento, se depositan profundamente sobre el terreno en una zona bastante extensa» (FLORES GALINDO, Alberto. LOS MINEROS DE LA CERRO DE PASCO 1900-1930-Lima-1974.)


En 1911, siendo Presidente de la República don Augusto Bernardino Leguía y Superintendente de Smelter el señor Hamilton, se emite la Ley N° 1491, que eleva a la categoría de Villa a la población de Smelter. El texto es el siguiente:

LEY N°1491.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA:
Por cuanto el Congreso ha dado la Ley siguiente:

Artículo 1º Elévese a la categoría de Villa con el nombre de Tinyahuarco, a la población denominada Smelter, comprensión del cercado de la Provincia de Pasco.

Artículo 2° El Poder Ejecutivo mandará practicar los estudios y el levantamiento de planos del referido pueblo en la ubicación que deberán tener los edificios públicos y someterá a la próxima legislatura, el provecho respectivo y el presupuesto de los gastos que esas obras originen.

Comuníquese al Poder Ejecutivo para que disponga lo necesario a su cumpli¬miento.
Dado en la sala de sesiones del Congreso de Lima, a los 25 días del mes de octubre de 1911.
Agustín Tovar, Presidente del Senado;
Roberto E. Leguía, Diputado Presidente;
Miguel Echenique, Senador Secretario;
Julio Abel Raygada, Diputado Secretario.

Por tanto, mando se imprima, publique y circule y se le dé debido cumplimiento.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a las cuatro días del mes de diciembre de 1911.

Los otros Superintendentes que se sucedieron en Smelter, fueron: E.OJaguer, J.Atkinson, que se suicidó en 1921, sucediéndole entonces los señores Spilbury y Christiansen.

El 12 de setiembre de 1917, el Presidente de la República, don José Pardo y Barreda, firma el cúmplase de la ley N° 2443 que crea el distrito FUNDICIÓN DE TINYAHUARCO. El texto de la ley, es el siguiente:

LEY N° 1443.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA,
Por cuanto el Congreso ha dado la ley siguiente:

Artículo Único.- Créase, en la Provincia de Pasco, un distrito que se denominará FUNDICIÓN DE TINYAHUARCO, que tendrá por capital la población del mis¬mo nombre y que está formada por los pueblos de Pasco, Vicco y Cochamarca, el casería de Sacrafamila y las haciendas de Huaraucaca, Diezmo, Racracancha, Cuchis y Angascancha. Su límites serán: por el norte, el pueblo de Raneas y los caseríos de Racco, Quiulacocha y Yanamate; por el sur, terrenos del pueblo de Ninacaca y la laguna de Junín; por el oeste, el distrito de Huayllay.

Comuníquese al Poder Ejecutivo para que disponga lo necesario a su cumpli¬miento.
Dado en la sala de sesiones del Congreso de la República en Lima, a los cuatro días del mes de septiembre de 1917.
J.C. Bernales, Presidente del Senado;
Juan Pardo, Diputado Presidente;
F.R Lanatta, Senador Secretario;
Santiago Parodi, Diputado Secretario.

Por tanto: mando se imprima, publique y circule y se le dé el debido cumplimien¬to.
Dado en la Casa de Gobierno en Lima a los doce días del mes de septiembre de 1917.

José Pardo
Germán Arenas

Ya con el rango de distrito, se conformó la primera Junta Municipal integrada por los señores: C.R.A Atkinson (Alcalde); Antenor Rizo Patrón; A. Danery; E.Paredes; A.R.Gallo, (Concejales) instalándose el 9 de setiembre de 1917. En esta oportunidad, el Agente Municipal, señor Spilbury, hizo entrega de los archivos originales a la flamante Municipalidad.

Durante la Primera Guerra Mundial, entre 1914 y l918, Smelter, como todos los centros mineros del país, alcanzó un auge fabuloso. Es la época en que nuestras exportaciones superaban a nuestras importaciones. El sol peruano costaba seis dólares. En aquella oportunidad a los obreros se les pagaba con monedas de oro y esas libras peruanas equivalían a las libras esterlinas. Se podía adquirir los más suntuosos y exclusivos objetos extranjeros a precios verdaderamente bajísimos.

En aquella época había que ver a Smelter. Inclinado sobre el suave declive de la falda de un cerro tenía en ordenada continuidad, como colocadas por una mano previsora, uno tras otros, los campamentos mineros de paredes enjalbegadas de cal, zócalos negros de alquitrán y techos oscuros de orín. Allí residían los cientos de obreros con sus familiares. Muy junto al campamento, el hospital. Cercana a los bullentes talleres, la sólida Casa de Piedra, residencia del Superintendente y altos empleados de la Empresa. Más allá, otra colosal construcción de piedra de tres pisos donde funcionaba la mercantil, las oficinas generales, la estación. Muy cerca de allí, el lujoso y cómodo hotel del Club LOS ANDES, con amplios salones alfom¬brados y silenciosos de rojos cortinajes de terciopelo con festones dorados; mue¬bles suntuosos y mullidos; amplísima biblioteca con ostentosos volúmenes en inglés y español; sonoros relojes de argentadas campanillas horarias; vajilla es¬pléndida y cubiertos de plata de nueve décimos. Este era el escenario de pomposas fiestas y reuniones sociales en las que los ciudadanos norteamericanos, alternando con los nacionales, les regalaban con opíparas cenas y exquisitas bebida y alegría a raudales.

En una ala, un ambiente con llamativos trofeos de plata, el Club de Regatas LOS ANDES que aglutinaba a rudos bogas yankis de semanales prácticas en la represa de Smelter. En un ambiente contiguo a este salón, el Club de Base-Ball con todos sus implementos completos. Los norteamericanos practicaban con asiduidad este deporte, alternando con formidables novenas de la Oroya y el Cerro de Pasco. En esta sala también estaban ubicadas las mesas de billar, de ajedrez, cubiletes, naipes, mesas de impecables paños verdes donde se llegaron a jugar muy activa¬mente. En una sala adyacente, el Departamento de Redacción de la gran revista denominada THE INCA CHORNICLE, que en sus páginas, a todo lujo, nos hacían conocer las actividades smeltinas.

Y ya que de deporte hablamos, debemos mencionar a una institución que honra a Pasco: LA SOCIEDAD DE TIRO LA FUNDICIÓN N°28, constituida el 19 de julio de 1907 a iniciativa del señor Pedro Augusto Benavides con el primigenio nombre de CLUB INTERNACIONAL SMELTER, que posteriormente fue cambiado. En 1919 fue construido el local propio del Club por el Presidente don Juan Capurro, de acuerdo a los planos trazados por don José Ángulo y el amplio apoyo del Super¬intendente de la Fundición, don Matías Christiansen. Este inolvidable Club tuvo magníficas presentaciones en los campos nacionales de tiro, ocupando siempre, primerísimos lugares.

Por los demás, el deporte siempre anduvo de la mano de la juventud smeltina. Hubo grandes equipos de fútbol, como aquel que alternó con éxito con el combina¬do de Lima en 1911. Tiradores extraordinarios que flamearon la bandera del triunfo en lo más alto del mástil nacional. Otro de los más grandes representantes del deporte de Smelter fue Santiago Luchini, invicto campeón panamericano de peso mosca, héroe de mil jornadas en los brillantes cuadriláteros americanos. Mister Shelby, extraordinario corredor de autos, piloto audaz que halló la muerte en la pista Lima-Ancón en pleno ejercicio de su maestría. En homenaje a este deportista, cuyos restos mortales fueron llevados a su patria, bautizaron la estación cercana a Smelter con su nombre: Shelby. A esto hay que agregar los sonoros nombres de conjuntos musicales carnavalescos, compositores e intérpretes como Víctor Calderón Picón (Conde Calpi), Machín Porras, Carlos Tábory, Silverio Laurente, N. Herrera etc. Es decir, todo un valiosísimo aporte a la cultura musical y deportiva de nuestra tierra.

Pasadas dos décadas de su instauración y como el trabajo minero y metalúr¬gico de la compañía norteamericana iba en aumento, su directorio decide ampliar su radio de acción trabajando las minas más boyales de la zona central; para el caso aumenta la explotación de Morococha y tientan la compra de las de Casapalca. Es en este momento que deciden cambiar la ubicación de la fundición de la empresa. Necesariamente tenía que estar en una zona equidistante de sus minas y muy cerca¬na al Callao, lugar de embarque de los minerales. El sitio que eligen es la Oroya, que además de cumplir con este requisito, se encuentra a 2,000 pies de altura más bajo que Tinyahuarco. Es así que el Superintendente de Smelter, Donahue, recibe la orden del directorio norteamericano de cerrar la fundición de Tianyahuarco y trasla¬dar toda la maquinaria a la Oroya. Ante la consternación de trabajadores, comer¬ciantes, profesionales y pueblo en general, se cumple la nefasta orden. Corría el año de 1923.

Cuando se cerraron los talleres, familias enteras emigraron dejando sus casas, sus trastos inútiles....Desde entonces, Smelter adquirió ese sombrío aspecto de aldea abandonada, de ciudad aniquilada por un inmisericorde bombardeo, de luc¬tuoso escenario de una negra historia de aparecidos. Al pasar los años, todo se convirtió en escombros. Sólo fantasmagóricas piedras sosteniendo los despojos de antiguas paredes, se mantienen tambaleantes como extrañas quillas de muertos barcos náufragos. Viejos cimientos, emergiendo a flor de tierra, como óseos despo¬jos de cadáveres centenarios. Algunas paredes de piedra, en pie, estoicas, gritando su abandono con sus fauces oscuras y misteriosas: recuerdos de pasadas viven¬cias en sus mil y un resquicios. Dicen que estas ruinas eran los talleres de sólidas paredes de acero, calaminas, calicanto y piedras que ahora lucen seccionadas por el mandoble de un gigante.






Del otrora extraordinario Smelter, sólo quedan estas ruinas y las calles cubier¬tas por una costra reciente. Caserones ateridos, abandonados, donde pocas y he¬roicas familias que viven de la incipiente ganadería y el denuncio de los restos metalúrgicos, mantienen con vida a un pueblo que se resiste a morir.

RELACIÓN DE ALCALDES DE SMELTER.

1917. C.R. Atkinson.
1918. Antenor Rizo Patrón L.
1919. Segur Knudsen.
1922. Carlos Peralta.
1923. F. Abraham Medina.
1924. Juan Paulet.
1925. Lorenzo Cabello Zelada.
1925. Máximo E. Camón.
1927. Mathias Christiansen.
1930. Herminio G.Castillo
1932. Lorenzo Cabello Zelada
1934. Herminio G. Cabello.
1938. George Sutherland.
1942. CésarA.Mez.
1944. Joseph Arthur Lynch.
1945. Tomás Torres Cabello.
1950. Alejandro Medrano Tello.
1954. Jorge Casallo Moya.
1954. Luis Rodríguez Castillo.
1955. Juan C. Espinoza León.
1956. Jorge Casallo Moya
1956. Juan GalarzaCarlos.
1963. Juan Casallo Moya.
1965. Josemell A. Muñoz Córdova.
1967. Edmundo Calderón Arroyo.
1969. Pedro Benito Atencio.
1970. Liberato Quinto Sánchez
1973. Felix Castillo
1976. Fortunato Mallma Gonzáles
1976. Luis A. Velásquez Tagle
1977. Pedro Zevallos Rojas
1977. Liberato Quinto Zánches
1979. Daniel Martinez Pomadaza.
1980. Elifio Pineda Malpica.
1981. Esteban Acevedo Otrera.
1984. Walter Poma Barreto.
1987. Alberto Zelada Castro.
1989. Pedro Aliaga Ponce
1990. Benedicto Cuyubamba Valer.
1992. Alejandro Rojas Huaranga
1993. Walter Poma Barreto
1994. Walter Poma Barreto
1995. Walter Poma Barreto

TINYAHUARCO COMO PATRIMONIO MINERO
METALÚRGICO
Actualmente se encuentran restos de la Fundición de Tinyahuarco que marcaron una época de auge y alta tecnología mundial en aquel entonces.
El patrimonio está constituido por los restos de la construcción de la fundición, parte hecha por grandes bloques de roca de toba volcánica que aflora cerca de la fundición; la otra parte está conformada por construcciones en base a ladrillo y concreto. Las oficinas y el hotel Los Andes están construidos por bloques de roca. Lo más interesante del área es la residencia del superintendente, que en la actualidad es la más conservada y está habitada por familias del lugar.
Otro patrimonio que es necesario referir es la infraestructura ferroviaria, que a la fecha tiene los rieles y las estaciones del tren a vapor que en esos años abastecía de mineral a la fundición.
Este patrimonio minero metalúrgico es de gran importancia, y sería necesario darle valor haciendo algunas refacciones y divulgando su existencia, para así lograr que sea un atractivo turístico, ya que según su valoración, puede servir como fines educativos, científicos, de recreación y turismo. Por ello es necesario preservar este patrimonio que marcó un hito en la historia de la minería peruana. (Revista del Instituto de Investigaciones FIGMMG Vol. 9, Nº 18, 23-31 (2006) UNMSM ISSN: 1561-0888 (impreso) / 1628-8097 (electrónico)
EL PATRIMONIO MINERO METALÚRGICO DE TINYAHUARCO. E. Guadalupe G., A. Romero B., y otros.